Corrupción, impiedad religiosa y la inescrupulosa venta de indulgencias fortalecieron las reformas protestantes quienes denunciando la moralidad de la iglesia católica romana, fundaron sus propias organizaciones para combatir a las crecientes fuerzas oscuras. Brujería, caza de vampiros y muchas otras actividades ajenas a la ortodoxia son fuertemente perseguidas y condenadas por la iglesia.
Y es a principios del siglo XVII, cuando emergieron reportes de la pequeña aldea húngara de Čachtice, sobre la desaparición de varias jóvenes mujeres, así como la creciente presencia de horrendas criaturas nocturnas en la región.
La iglesia desestimó estos reclamos hasta que a las víctimas incluyeron a las hijas de aristócratas y terratenientes cercanos a la condesa Elizabeth Bathory, propietaria de un gran castillo cerca a Čachtice. Reportes también mencionaron la existencia de una antigua reliquia pagana recientemente adquirida por la condesa.
Tomando el asunto en sus manos, la iglesia envió a dos de sus paladines a dar una visita a la condesa e investigar sobre esa misteriosa reliquia...